Ya en vísperas de la conmemoración del aniversario 200 de la independencia de Nuestro País, y dado el toparnos con un texto donde se relata lo mencionado en el ritual de excomunión que dejamos mas delante para uds y con un acertado análisis de Paco Montaño.
Texto de la excomunión del Padre Hidalgo.
“Por la autoridad de Dios Todopoderoso, el Padre, Hijo y Espíritu Santo, y de los santos cánones, y de la inmaculada Virgen María madre y nodriza de nuestro Salvador, y de las vírgenes celestiales, ángeles, arcángeles, tronos, dominios, papas, querubines y serafines, y de todos los santos patriarcas y profetas; y de los apóstoles y evangelistas; y de los santos inocentes, quienes a la vista del Santo Cordero se encuentran dignos de cantar la nueva canción, y de los santos mártires y de los santos confesores; y de las vírgenes y de los santos y elegidos de Dios, lo excomulgamos, anatemizamos y lo secuestramos de los umbrales de la Iglesia del Dios omnipotente, para que pueda ser atormentado por eternos y tremendos sufrimientos, juntamente con Satán y Abrirán, y aquellos que dicen al Señor ¡apártate de nosotros porque no deseamos ninguno de tus caminos! Y así como el fuego del camino es extinguido por el agua, que sea la luz extinguida en él para siempre.
Que el Hijo, quien sufrió por nosotros, lo maldiga. Que el Espíritu Santo, que nos fue dado en nuestro bautismo, lo maldiga. Que la Santa Cruz a la cual ascendió Cristo por nuestra salvación, triunfante de sus amigos, lo maldiga. Que la Santa y eterna Virgen María madre de Dios lo maldiga.
Que todos los ángeles y arcángeles, principados y potestades, y todos los ejércitos celestiales lo maldigan. Que San Juan el Precursor, y San Pedro y San Pablo y San Juan el Bautista, y San Andrés y todos los demás apóstoles de Cristo juntamente lo maldigan. Ojala que el resto de sus discípulos y los cuatro evangelistas quienes por sus predicaciones convirtieron al mundo universal; y ojalá que la santa compañía de mártires y confesores, quienes por sus santas obras se han encontrado agradables al Dios Todopoderoso lo maldigan...
Ojalá que todos los santos desde el principio del mundo y todas las edades quienes se hayan ser amados de Dios, le condenen; y ojalá que los cielos y la tierra y todas las cosas que hay en ellos le condenen.
Que sea condenado en donde quiera que esté en la casa o en el campo; en los caminos o en las veredas; en las selvas o en agua, o aún en la Iglesia. Que sea maldito en el vivir y en el morir; en el comer y en el beber; en el ayuno o en la sed; en el dormitar y en el dormir; en la vigilia o andando; mingiendo o cancando, y en todas las sangrías.
Que sea maldito interior y exteriormente. Que sea maldito en la corona de su cabeza y en sus sienes, en frente y oídos, en sus cejas y mejillas, en sus quijadas y narices, en sus dientes, en sus labios y garganta; hombros y muñecas; en sus brazos, manos y dedos. Que sea condenado en sus venas, muslos, caderas, piernas, pies y uñas de los pies.
Que sea maldito en todas las junturas y articulaciones de su cuerpo.
Que desde la parte superior de su cabeza hasta la planta de sus pies, no haya nada bueno en él.
Que el Hijo del Dios viviente, con toda la gloria de su majestad, lo maldiga, y que el cielo, con todos los poderes que hay en él, se subleven contra él, lo maldigan y lo condenen. Amén. ¡Así sea! Amen”.
Estas maldiciones fueron pronunciadas por un cristiano; más que cristiano era un católico romano, y no solo católico romano sino el que se titula Santo Padre, Vicario de Jesucristo y Ministro de Dios en la tierra.
El edicto fue firmado en Valladolid (Morelia), el 24 de Septiembre de 1810, Abad y Queipo lo mando publicar en la iglesia catedral de Valladolid, así como en todas las parroquias del arzobispado. Bibliografía Gazeta extraordinaria de la cd. De México Num 112 del 28 de Septiembre de 1810. pp 807-813
En fechas recientes, debido a que estamos en el año en que conmemoramos el Bicentenario de la Independencia, la Arquidiócesis ha hecho una serie de declaraciones en donde dicen, que según las investigaciones realizadas por la misma iglesia católica, los padres Hidalgo y Morelos murieron en gracia plena, es decir; niegan que murieran excomulgados. De hecho, se ha solicitado a la SEP que los libros de Historia modifiquen esa información que según ellos es errónea.
Pues bien, esto que la iglesia “aclara”, no podría ser más falso. Existen documentos, muchos de ellos del dominio público que prueban lo contrario. Miguel Hidalgo y José María Morelos murieron excomulgados. Cada quien puede tener una idea diferente sobre lo que representa una excomulgación, ya sea desde el punto de vista espiritual o simplemente desde la perspectiva de la terrible crueldad que esta acción genera para quienes si lo consideran relevante. A continuación presento el texto íntegro del acta de excomunión que pesa sobre el Padre Miguel Hidalgo y Costilla, quiero hacer énfasis en que al momento en que el Tribunal de la Santa Inquisición leía este texto, se aplicaba tortura corporal sobre los acusados, acciones como arrancar la piel de las palmas de las manos para después lavarlas con lejía. Es de destacar el odio que puede apreciarse en las sentencias y las intenciones de los autores de la misma.
Las fuentes de esto que arriba menciono, y del texto mismo, pueden ser consultadas en la página del escritor e historiador México Francisco Martin Moreno, en obras como México a Través de los Siglos entre otras.
Es importante que no permitamos que nuestra historia sea más alterada por la conveniencia de intereses cualquiera; nuestra memoria debe tener en cuenta los hechos reales para que cada quien, a su modo, pueda tener un juicio sobre la misma. La forma más honesta de hacer un homenaje a la Independencia, según la pobre opinión de este quien escribe, no es con festejos rimbombantes y el exagerado derroche del erario público, debe ser con acciones encaminadas a mejorar nuestra realidad, y para ello, nada como conocer nuestro pasado para así vislumbrar el futuro que deseamos.
Aporte: Paco Montaño

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